Y así se empieza...
Con una noche, entre sutilezas y palabras... con 4am y rutinas nocturnas, besos a distancia y pensamientos ajenos y tuyos.
El inicio con asomarme por la ventana, finaliza de la misma manera... esperanza de que llegaras, lo hiciste; solo que en la última no saltaste a mi cama.
Y no podíamos creer que en el recorrido de un año, mis ojos te volverían a ver... es nuestra capacidad de asombro, mira que el destino nos unió... le ayudamos un poco.
No te voy a mentir, ya de mentiras tenemos con voltear a la cocina y aún mirarte con aguacates y chile pico de pájaro en mano. Te voy a extrañar en los extraños días que seguirán, en cada visita nocturna, en mi plan a futuro; te voy a recordar en un celular, en un sollozo y en un escrito.
En las faenas de los camiones, en las faenas de las ganas, en las faenas de malpasadas. En la faena de vernos acariciándonos el rostro; somos un rumor, parte de un rumor.
Cada 15, esperando la casualidad más grande de nuestras vidas, Elizabeth Town se despide con detalles sencillos, tus sábanas de franela se desgastaron un poco más con mi cuerpo, sigue moviendo tus pies al dormir, me acuesto en tu espalda algunas noches para revivir lo que se debe pasar, la ropa mojada en la regadera debe secarse, los espacios pequeños son los mejores, los mensajes en espejos húmedos de humedad, observarte orinar; nunca te dije que es una maña que tengo cuando siento intimidad, solo observar, tres horas sentada encima con la bastedad de tu brazo para sentirme segura, la prima no nos dejó bañarnos, who is it?.
Tu cachito se despide de tu sonrisa, ojos divinos, A veces, le conté mis penas al árbol de hule del parque; ¿cuáles no fueron éstas penas? que el árbol de hule lloró, esperanza de que un viento que corra me traiga razones de tí, entre las pérdidas de pulseras y anillos, un collar de bolitas de madera.
¿Cuántas preguntas?, a cada segundo es una batalla, soy esa Adelita que cantó en una fogata tres pelos para tí, tengo una deuda, sushi del bueno entre caguamas vacías, abrazos alternos, mota masticada, "tengo frío", siempre quise que tapizaras un cachito con fotos mías, en deliros, mi nombre se te regresará mil veces en la piel, senos ocultos, videos prohibidos, besos eternos, promesas truncadas, llamadas fallidas, intentos, corte-corto-corte-corto, arranque emocional, mordidas de cachete.
Historias apasionadas, defender a tu sangre, silencios inoportunos, poca capacidad de habla, lento quise rápido fuí, a falta de mandado, miradas de lujuria, de mantas para cubrirme el cuerpo, para cubrirme el alma, de lentes para ver mejor, a salsas las mías, con un traje blanco de manta y un vestido blanco de manta, hijos, detenerte cuando fueras, detenerte cuando vinieras, como una palabra maldita, como un recuerdo tenaz.
En el reflejo de lo italiano y lo japonés,
me observo en tu mirar... como al final
"Anna & Otto"
mostrando enemigos ajenos,
aún nosé si salimos vencedoras...
que lo diga el tiempo que para eso es.
Entre dos alfombras, y cuatro piernas
amábamos entre cigarrillos
no salía de tu cuarto; ahí era feliz,
amo la cavidad en tí,
amé la perfección de mi cuerpo en tí.
Entre despedidas insípidas o con sabor,
sigo sentada en la misma silla que una vez te vió,
ese espacio sigue siendo tuyo, es solo que juego a que ahora es sólo mío,
juguemos a andar caminos separados
haciendo zurcos a tu lado
por si un día se piensa regresar.
Y así se termina...
Siempre.